Lo que sí se encontró fueron diferencias significativas en la
frecuencia cardíaca en la etapa de recuperación después del primer
esfuerzo máximo llevado a cabo. Los deportistas que llevaban a cabo
carreras de larga distancia (el jugador de fútbol, los 7 jugadores de
hockey sobre hielo y los 2 levantadores de pesas) se recuperaron un 2% más rápido que los demás deportistas,
aunque se le puede atribuir a las adaptaciones propias del tipo de
esfuerzo máximo que realizan por sobre los demás deportistas de
resistencia.
En el artículo de hoy repasaremos algunos estudios que nos hablan
respecto a este tema, y por qué surge este mito, qué variables tiene
asociada y a qué conclusiones se ha llegado hasta el momento.
Probablemente muchos han oído de este famoso mito, el cual dice que mantener relaciones sexuales, en específico el coito, afecta de manera negativa el entrenamiento posterior a este acto siendo de intensidad moderada a intensa.
Muchos se han privado de disfrutar del acto sexual previo a un entrenamiento, haciendo caso a este mito. Asegurándose que, manteniéndose en abstinencia, el rendimiento posterior no se vería afectado en absoluto.
¿El coito podría afectar negativamente nuestro desempeño?
Como bien sabemos, la respuesta sexual termina con un periodo de relajación bastante profundo y reconfortante, debido a la liberación de prolactina. Muchas veces esto a nivel social puede llegar a ser interpretado como signo de debilidad corporal y cansancio, dando la idea de que las energías están completamente fuera de nosotros.Socialmente, en el acto sexual se ven involucradas muchas variables que pueden resultar significativas a la hora de cuantificar el efecto del coito pre-entrenamiento: si hablamos de personas jóvenes sexualmente activas, el coito se suele dar en un ambiente por ejemplo, de fiesta, trasnoche, alcohol, drogas, dormir poco, etc. Todos estos factores nos pueden hacer llegar a pensar que el hecho del acto sexual me está afectando a la hora de entrenar.
Lo que dicen los estudios sobre el coito y el entrenamiento
El primer estudio respecto al tema se hizo en el año 1968, en el cual se realizó un experimento en varones ex atletas casados con un promedio de edad de 28 años, en el cual debían realizar fuerza de prensión con las manos midiendo a través de un dinamómetro la fuerza muscular que podían llegar a ejercer; la primera prueba de fuerza de manos fue realizada con los sujetos habiendo mantenido relaciones sexuales la noche anterior. Seis días después se les tomó nuevamente la prueba sin haber tenido relaciones desde la noche anterior a la primera prueba. Los resultados no dieron una significancia en los resultados, aunque la prueba se tomó en grupos musculares muy pequeños como lo son los músculos de la mano.1976
Se realizó un estudio para conocer que variables pueden llegar a afectar el sistema cardiovascular desde el punto de vista de la presión y la frecuencia cardiaca en hombres. Se manipuló la posición que se realizaba al momento del acto: hombre sobre la mujer y mujer sobre el hombre. Se pensaba que la posición del hombre encima de la mujer produciría un mayor estrés cardiovascular debido a que debía usar los brazos para soportar el peso corporal (similar al ejercicio isometrico) y por lo tanto produciría mayor afección en la frecuencia cardiaca y presión arterial.
Finalmente en el estudio no se encontraron diferencias significativas entre ambas posiciones en el acto sexual.
1995
Se realizó un estudio en el cual se evaluó un grupo de 11 varones para que realizaran un test de esfuerzo cardiovascular máximo bajo dos condiciones: ser evaluados 12 horas después de haber mantenido relaciones sexuales y otra habiendo sido evaluados en estado en abstinencia por al menos 12 horas. La conclusión a la que llegó el estudio es que no hubo diferencias significativas en el rendimiento apreciado durante la prueba de esfuerzo máximo a nivel cardiovascular.2001
En el siglo XXI, se realizó otro estudio con 15 atletas de elite (un jugador de fútbol, 7 jugadores de hockey sobre hielo, 3 ciclistas, 2 corredores de larga distancia y 2 levantadores de pesas) con un promedio de 29 años de edad.En la primera evaluación, los sujetos debían presentarse sin haber mantenido relaciones sexuales la noche anterior ni durante la mañana del mismo día para que se les midieran los niveles de testosterona seguido de una prueba de esfuerzo máximo para posteriormente resolver ejercicios de aritmética mientras realizaban ejercicios físicos. Se les medía los niveles de testosterona y nuevamente realizaban la prueba de esfuerzo máximo.
En días posteriores, los sujetos se presentaban después de haber mantenido relaciones sexuales la misma mañana de la evaluación y repetían las pruebas de la evaluación anterior.
Los resultados no arrojaron relaciones significativas en cuanto a potencia aeróbica, niveles de testosterona, frecuencia cardíaca y presión arterial y haber mantenido o no relaciones sexuales en el tiempo dicho en el estudio.
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