1. ESFUERZO
No es casualidad que se encuentre en primer lugar, ya que ninguno de los demás valores tiene sentido sin el esfuerzo, que es la energía y la voluntad que ponemos en aquello que realizamos en nuestra vida cotidiana.Como bien decía el sabio maestro Yoda “Hazlo o no lo hagas, pero no lo intentes”. Intentar hacer algo puede tener en ocasiones una connotación negativa, en el sentido en que estás dando por hecho que vas a emplearte a medio gas “y a ver qué pasa” convirtiéndote en un espectador de tu propia vida. Esforzarse a medias no tiene sentido. Ahorra tus energías hasta tener claro tu objetivo y cuando decidas emprender algo, coge las riendas y vuélcate en tu propósito con todas tus ganas, porque todo esfuerzo tiene su recompensa, por muy pequeña que sea.
Además, cuanto más grande sea el esfuerzo, mayor será la satisfacción. Para darse cuenta de ello, basta con observar la cara de felicidad de alguien que lleva meses entrenando y por fin consigue su primer muscle up, o mantiene sus primeros segundos en full planche.
2. CONSTANCIA

Detrás de un buen handstand (conocido en español como pino o parada de manos) o de una espectacular human flag (bandera humana) hay horas y horas de práctica. Márcate unos objetivos ambiciosos pero realistas, y no dejes de trabajar hasta conseguirlos. No hay nada más gratificante que la recompensa del trabajo bien hecho. El éxito es un 1% de talento y un 99% de trabajo.
Empieza por algo que puedas cumplir fácilmente, una hora de entrenamiento a la semana distribuida en dos sesiones de 30 minutos por ejemplo, y a medida que vayas adquiriendo el hábito intenta aumentar la frecuencia y la calidad de tus entrenamientos. Empezar muy fuerte sólo va a conseguir que te desmotives a mitad del camino. Plantéate tus objetivos como una carrera en la cual la meta es importante, pero aún lo es más el camino que sigues para llegar hasta ella. Disfruta de cada entrenamiento como si fuera el primero y el último. Eso te permitirá mantener un buen nivel de motivación que no te desvíe de tu propósito.
3. SUPERACIÓN
Ve en busca de tus límites y te darás cuenta de que ¡no existen! En la Calistenia no es posible estancarse, siempre se puede mejorar y superar cualquier obstáculo, los límites nos los ponemos nosotros mismos. Una manera muy habitual de frenar nuestro afán de superación es repetirnos constantemente y, a veces casi inconscientemente, frases del estilo “yo no puedo…”, “no soy capaz…”, “eso no es para mí…”, etc.
4.RESPETO
El respeto puede entenderse de muchas maneras diferentes, aunque probablemente la mejor y más completa sea la que aborda este valor fundamental desde una triple dimensión: el respeto hacia uno mismo, el respeto hacia los demás y el respeto hacia las cosas que nos rodean.Relacionándolo con el mundo de la Calistenia, el respeto empieza por uno mismo desde el preciso instante en que decides comenzar a practicar esta disciplina, ya que eso implica un deseo de querer cuidarse y de mejorar la salud en mayor o menor medida. Así pues, no te sobreentrenes, descansa entre sesiones de entrenamiento, aliméntate bien, exígete al máximo pero permítete equivocarte, no te culpes ni te machaques si no consigues tus objetivos en el tiempo que te habías fijado, etc.
Si empiezas por respetarte a ti mismo, cultivarás una fuerte autoestima y una empatía y te será más fácil respetar a los demás (amigos, familiares, compañeros de entrenamiento) y a lo que te rodea (el material, el parque donde vas a entrenar, etc.).
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